Una adolescente pidió ser adoptada por la ex pareja de su madre fallecida

y su esposa, con quienes había mantenido un vínculo estrecho desde los 8 años.

El juzgado otorgó la adopción simple, reconociendo la posesión de estado de hija y la voluntad de la joven de formalizar su realidad familiar. La jueza destacó que el afecto es una fórmula válida para reinterpretar los lazos entre los integrantes de una familia y que la justicia debe reconocer esta sintonía inusual.